SENAME
- Josefina Carrera Schisano
- Aug 4, 2020
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Los niños de esa casa eran un mocosos insufribles. A la hora de comer, se contentaban solamente con chocolate, por lo que la mujer debía hacerlos tragar, a regañadientes.
Incluso, en las escasas ocasiones en las que eran agasajados en la mesa de la cocina con jugo natural, recién exprimido, continuaban comportándose como unos malagradecidos… A la señora lograban sacarle canas verdes, rojas, azules, de todos los colores de la paleta cromática.
Hace un mes, cansada, agarró dos cubetas con hielo y agua, y las arrastró hasta la habitación principal. Ahí, forzó a todos los niños a meter sus cabezas adentro, hasta que se derritieran los cubos con sus rostros ardiendo y sus lágrimas enrabiadas. Descubrió que esa era la única forma de conseguir que comieran algo que no fueran los chocolates de su escritorio.
Sin embargo, los regodiones lograron volverse inmunes a la implacable técnica, el día de ayer. Fue así como la mujer azotó todas sus cabecitas contra el concreto, una por una, hasta dejar el suelo rasgado, como si fuera una hoja de papel, común y corriente.
Que bueno que no eran sus propios hijos, pensó, sino esto habría sido un poco macabro.
24/05/2020 - Para Medicina en 100 Palabras 2020.

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